FISIOLOGÍA

Introducción a la fisiología 


SISTEMAS FISIOLÓGICOS

 Para comprender cómo se relacionan la fisiología y la anatomía, debemos examinar primero las partes que forman el cuerpo humano.Existe una superposición importante entre los distintos campos, y esta división artificial puede variar de acuerdo con quién los defina. Una característica distintiva de la fisiología es que comprende muchos niveles de organización, desde el nivel molecular en adelante hasta una especie. 



En el nivel más bajo, los átomos de los elementos se unen para formar moléculas. La unidad estructural más pequeña capaz de llevar adelante los procesos vitales es la célula. Las células son conjuntos de moléculas separadas del entorno por una barrera llamada membrana celular (o plasmática). Los organismos simples están formados por una sola célula, pero los complejos tienen muchas de ellas con especializaciones estructurales y funcionales diferentes.

 Los grupos de células que llevan a cabo funciones relacionadas se conocen como tejidos (texere, tejer). Los tejidos forman unidades funcionales y estructurales llamadas órganos (organon, herramienta), y los grupos de órganos integran sus funciones para crear sistemas y aparatos. 



HOMEOSTASIS 


Cuando pensamos en funciones fisiológicas, a menudo consideramos su importancia adaptativa, es decir, ¿por qué determinada función ayuda al animal a sobrevivir en una situación particular? Por ejemplo, los seres humanos somos animales grandes, móviles y terrestres, y nuestros cuerpos mantienen un contenido de agua relativamente constante a pesar de vivir en un entorno seco y muy variable. ¿Qué estructuras y mecanismos han evolucionado en nuestra anatomía y fisiología para permitirnos sobrevivir en este entorno hostil? 



La mayoría de las células de nuestro cuerpo no tolera demasiado los cambios en su entorno. En este aspecto son bastante similares a los organismos primitivos que vivían en los mares tropicales, un medio estable donde la salinidad, el contenido de oxígeno y el pH varían poco, y donde la luz y la temperatura tienen ciclos de variación predecibles. La composición interna de estas antiguas criaturas era casi idéntica a la del agua marina, y si las condiciones del entorno cambiaban, las del interior del organismo primitivo lo hacían de igual modo. Aún hoy, los invertebrados marinos no pueden tolerar cambios significativos en la salinidad o el pH, como sabe bien quien ha tenido un acuario de agua salada. Antes como ahora, muchos organismos marinos dependían de la constancia de su medio externo para mantener su medio interno en equilibrio. 

PPT DE INTRODUCCION A LA FISIOLOGÍA

PPT DE HOMEOSTASIS


FISIOLOGÍA OSEA 

Introducción

A pesar de su persistencia tras la muerte, el hueso es un tejido dinámico, profusamente vascularizado e inervado y sometido a continuos procesos de remodelado, reconstrucción y reparación de su arquitectura a lo largo de toda la vida. El esqueleto, al facilitar por un lado palancas, articulaciones y puntos de inserción para los músculos, proporciona soporte estructural para el movimiento; y, por otro, además de proteger el encéfalo, la médula espinal y el contenido del tórax y la pelvis, la médula ósea constituye el soporte y la matriz de la hematopoyesis. Aunado a lo anterior, este tejido contiene 99% del calcio, 85% del fosfato, 60% del magnesio y 35% del sodio de la economía en el ser humano.



Desde un punto de vista estructural, es un tejido conjuntivo mineralizado que adopta dos variedades morfológicas: a) cortical, o compacto, y b) trabecular, o esponjoso. El hueso cortical (presente en la diáfisis de los huesos largos, láminas externa e interna de los planos y periferia de los cortos) visto al microscopio posee una estructura con conductos o canales que discurren en paralelo a lo largo del mismo.


Estos conductos, ya descritos en 1691 por Compton Havers, tienen un diámetro de 10 a 350 µm. En el interior de los más finos discurren un capilar y una vénula, y en los de mayor diámetro se hallan varios vasos sanguíneos, linfáticos y fibras nerviosas. Las laminillas óseas se disponen de manera concéntrica a cada conducto, adoptando una morfología característica denominada osteona (figura 81-1). Los conductos de Havers se comunican entre sí con el periostio y con la superficie de la cavidad medular merced a un sistema de conductos transversales (de Volkmann) que representan la conexión entre la red vascular del periostio y los vasos sanguíneos de la cortical y la médula ósea.

FIGURA 81-1

Representación esquemática de una osteona.

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En cuanto al hueso trabecular (parte central de los huesos cortos, epífisis y metáfisis de los largos y diploe de los planos), carece de conductos de Havers, posee cavidades irregulares ocupadas por la médula ósea y sus laminillas se disponen alrededor de esas cavidades (figura 81-2).

FIGURA 81-2

Representación esquemática de un hueso trabecular.

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El hueso está recubierto en sus caras externa e interna por periostio y endostio, esenciales para su nutrición, crecimiento y reparación. La capa superficial del periostio contiene fibras de colágeno y fibroblastos, vasos sanguíneos y fibras nerviosas; y su capa profunda, células precursoras de osteoblastos. El endostio, a su vez, está formado por células precursoras de osteoblastos y osteoclastos dispuestas en forma de capa que recubre el espacio medular y los conductos de Havers y de Volkman.

FISIOLOGÍA OSEA

FISIOLOGÍA OSEA

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